Orejitas de abad

Este es un dulce típico de Semana Santa que se hace en mi pueblo desde antaño y en casa todos los años las hacemos,junto con las torrijas y los pestiños.
Son muy sencillas de hacer pero a la vez muy entretenidas por eso es mejor hacerlas entre dos o tres personas ,sobre todo cuando llega la hora de amasar...
Los ingredientes son los siguientes (sin haberlo esperado me ha salido un pareado,jajajaj):
        -1 kilo de harina de repostería
        -1/2 kilo de azúcar
        -4 huevos
        -4 copitas de anís ( de las pequeñas)
        -4 copitas de aceite de girasol (las mismas que el anís)
        -Canela molida
        -La ralladura de un limón.

Una vez tenemos los ingredientes los volcamos todos en un recipiente que sea grande,yo he utilizado un barreño,para poder amasar bien.Ahora a remangarse bien y al lío.

Mas de una se preguntará porqué no utilizo la amasadora o la termomix...pero siempre que hago este dulce sigo la forma tradicional,para que no pierda nada de su esencia...aunque mis riñones me pasen factura al día siguiente....

Hay que tener paciencia y aquí llega el momento de la ayuda,si hay mas de una persona en la cocina amasáis por turnos...si la masa no llega a unirse bien del todo le vamos echando chorreoncitos de aceite (sin pasarnos) hasta que nos quede una cosa así :

Bueno,ya tenemos la mitad del trabajo hecho.Ahora vamos cogiendo pequeñas porciones de masa y la estiramos...

Con un cuchillo cortamos de la manera que veis en la foto,en tiras no demasiado cortas y vamos formando los lazos

Es fácil,sólo hay que doblarla y unirlas haciendo una pequeña presión en la unión...

La masa da para muchas....
Mientras vamos dando forma ponemos a calentar una sartén con bastante aceite de girasol.Cuando esté caliente freímos en él una cáscara de limón y otra de naranja,para quitar la acidez del aceite.

Cuando saquemos las cáscaras empezamos a freír la masa,cuando estén doraditas escurrimos bien y las sacamos.

¡Y listo!Merece la pena hacerlas por su sabor y por su antiguedad,no debemos de perder las costumbres y en este caso la receta de nuestros antepasados.